El ayuntamiento se gasta 10.000 e en entradas de toros para repartir entre asociaciones locales
El pasado año el consistorio de Castelló se dejó 21.721 euros en espectáculos
Levante de Castelló, CastellóEl ayuntamiento de Castelló, Alberto Fabra, se ha gastado 10.000 euros en entradas de la feria de la Magdalena para concejales del PP, según la revista digital castellonnet. Fuentes municipales señalaban ayer que las entradas serán distribuidas por el equipo de gobierno entre los concejales del PP para que, a su vez, las repartan entre asociaciones y colectivos locales. El partido que gobierna el consistorio municipal se dejó el pasado año 21.751 euros en la compra de entradas para espectáculos taurinos. La mitad de esta cantidad fue destinada a los miembros de la corporación municipal y el resto fue repartido directamente por la concejala de Gente Mayor, Marisa Ribes, entre los centros de la tercera edad.Ribes repartió entradas por valor de 9.000 euros en la feria de la Magdalena de 2007 y otras por un total de 2.983 euros para una novillada.Desde el grupo municipal socialista se ha recriminado al PP la falta de "transparencia" en la distribución de las entradas, lo que levanta sospechas de "clientelismo" entre los colectivos sociales más vulnerables a las "políticas electoralistas de las que hace gala el Partido Popular". El PP ha institucionalizado durante los últimos años el reparto gratuito de entradas para espectáculos de ocio. La Concejalía de Juventud distribuye, de forma periódica, las 260 entradas que llenan el aforo de la sala de un cine del Grao para ver las películas de estreno más comerciales. Los beneficiarios son, en teoría, jóvenes de entre 14 y 35 años.
martes, 12 de febrero de 2008
Mata a un perro "porque si". Artículo de la Razón Solidaria

Un vecino de Tenerife mata a tiros y después esconde el cadáver de un perro que no era suyo. Tras la denuncia de un vecino y la visita de la Policía, el hombre confesó su culpabilidad: «Lo hice porque sí»
Esther S. Sieteiglesias
Madrid- Siempre que se ha conseguido condenar a una persona por el maltrato o la muerte de un animal ha sido porque alguien lo presenció y después se atrevió a denunciarlo ya fuera mediante una protectora o directamente a las autoridades. Sin embargo, estos casos son hechos aislados, pues por desgracia o no hay testigos, o éstos no quieren tener problemas ni con la Justicia ni con el maltratador. Normalmente cuando llega un caso de maltrato, se archiva o se deja de castigar el infractor por falta de pruebas.En el caso de un vecino de Arico (Tenerife), los acontecimientos fueron distintos. Un ciudadano de la localidad vio cómo otro mataba a un perro y lo fotografió. Ocurrió el 31 de enero. Al día siguiente la protectora Amigos de los Animales de Arico lo denunció en el Ayuntamiento y a la Policía Local. Los agentes fueron al lugar de los hechos, y el sospechoso confesó que lo había hecho. «Porque sí», fue la respuesta cuando le preguntaron por sus motivos para agredir al can. «Ahora va a ser todo mucho más fácil» comenta la presidenta de la asociación Mirna Vaele, «estamos mucho más tranquilos pues su confesión suele ser lo más difícil de conseguir en estos casos».
La condena más grave
«De acuerdo con los agentes que llevan el caso, le puede caer la pena más grave por este delito», asegura Vaele. El Código Penal, en el artículo 337, establece que «los que maltrataren con ensañamiento e injustificadamente a los animales domésticos causándoles la muerte o provocándoles lesiones que produzcan un grave menoscabo físico serán castigados con la pena de prisión de tres meses a un año, e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales». Para Vaele lo más importante es predicar con el ejemplo, que le quiten las armas y que los vecinos de Arico se animen a denunciar estas situaciones, «ya que parece que sigue habiendo cierto miedo».Según el informe policial, el perro, que no tenía dueño ni microchip, recibió tres disparos. Con intervalos de tiempo entre ellos. Después fue arrastrado y enterrado en la finca de este municipio tinerfeño.«Este caso nos ha consternado a todos. Tengo que agradecer la rapidez y eficacia de la Policía y el Ayuntamiento». De hecho, según cuenta Mirna, hoy se reúnen las protectoras y asociaciones de animales de Arico, políticos, agentes de la Policía y hasta el alcalde para hablar sobre este caso. «En Arico no tenemos una protectora municipal, yo me encargo de 30 perros y 50 gatos pero los tengo en casas de acogida», comenta. «Si este perro, que en teoría estaba abandonado, hubiera estado en una protectora, nada de esto hubiera sucedido». Por tanto en la reunión, las asociaciones propondrán soluciones al problema del abandono de animales en su municipio. Todavía no se conoce cuál será finalmente la condena de la persona que presuntamente mató al perro. Lo que sí se saben son las razones por las que lo hizo: «porque le dio la gana». Si un vecino del pueblo anónimo no lo hubiera denunciado, nada hubiera cambiado.
mailto:larazonsolidaria@larazon.es
domingo, 10 de febrero de 2008
Animales y Zapatero: préguntale
Ha habido muchas preguntas al respecto pero en cambio no le hicieron ninguna referida al tema animal. Eso si, le leyeron la pregunta, entre otras, sobre si había fumado un porro, cosa que el Sr. Gabilondo debió de pensar interesaba más a la sociedad que el maltrato.
miércoles, 6 de febrero de 2008
La IV CIPLAE en el Foro Mundial de los Animales

La IV CIPLAE, en el Foro Mundial de los Animales
Con la venia de las administraciones públicas, el maltrato y la crueldad con los animales sigue siendo una constante en nuestro país y en otras partes del mundo, un hecho inaceptable sobre todo cuando se produce con ayudas directas o indirectas que, concedidas por los gobiernos, tienen su origen en los impuestos recaudados a sus ciudadanas y ciudadanos.
En España tenemos ejemplos claros con las corridas de toros y las numerosas fiestas populares que se llevan a cabo empleando animales. Tan vergonzosa situación tiene por lo general un fondo de intereses económicos, que en ocasiones se pretende enmascarar con pretendidos alegatos culturales y con la tradición. En otros casos, la defensa de estos intereses se envuelve con otras motivaciones, desde la gastronomía (foie-gras), la ciencia y la investigación, la moda, la producción de afrodisíacos y amuletos o, simplemente, la obtención de productos derivados.
La IV CIPLAE se centrará en estos temas, bajo el lema "La Crueldad Institucional". Esta cuarta edición de la Conferencia Internacional sobre la Protección Legal de los Animales en España tendrá lugar dentro de los actos programados para el I Foro Mundial de los Animales, que se celebrará en Barcelona del 1 al 4 de mayo de 2008.
lunes, 4 de febrero de 2008
Esto pasó en Arco en el 2006 y ello en nombre del arte
Durante tres meses, el Museo Reina Sofía ha presentado una exposición llamada El arte sucede, en la que el autor Jordi Benito expone varias obras, entre ellas el vídeo objeto de la denuncia.
La presidenta de Amnistía Animal Madrid, Matilde Cubillo, explicó que durante los 53 minutos que dura esta grabación "cualquier persona que entre en el museo, sea niño o adulto, ve cómo le clavan puñales en la garganta para coger sangre en una copa, y el animal sigue con vida. Después le cortan la cabeza y la despellejan.
Las imágenes continúan con un ritual en el que se saca la sangre a la vaca, colocan a una de las personas la piel, le cortan las patas al animal y se las atan a sus pies.
Denuncia por email
En una entrevista telefónica con 20minutos.es, Cubillo ha relatado que aunque la exposición estaba abierta desde el pasado 11 de octubre, no se dieron cuenta de los hechos sino hasta el pasado lunes, por una denuncia que llegó a la organización vía coreeo electrónico.
Cubillo se presentó la tarde del lunes en el museo para comprobar el aviso, y vio efectivamente el vídeo en el que la presidenta identificó al propio artista Jordi Benito, que junto con otras dos personas mataban a martillazos a la vaca.
"La gente salía horrorizada"
"La gente salía horrorizada tras ver el vídeo", afirma Cubillo. Desde el mismo museo llamaron a agentes del Seprona de la Guardia Civil, que se personó en el Museo Reina Sofía y comprobó las imágenes que se estaban emitiendo, levantando el acta correspondiente.
Cubillo aseguró que "los responsables del Museo hablaron con la Guardia Civil y alegaron en su defensa que las imágenes fueron grabadas en los años 80, quitando importancia a lo que allí se estaba exponiendo. Sólo un pequeño cartel anunciaba que las imágenes podían herir la sensibilidad".
Instrucción de diligencias
Fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid dijeron que "se van a instruir diligencias y se va a dar cuenta a todos los organismos competentes para que se involucren en este asunto, pues las imágenes que se han expuesto podrían ser un delito que está tipificado en el Código Penal, aunque hay que estudiarlo porque fueron grabadas en los años 80".
Según el artículo 18 del Código Penal, el hecho de difundir imágenes constituyentes de un delito es apología de ello: "La provocación existe cuando directamente se incita por medio de la imprenta, la radiodifusión o cualquier otro medio de eficacia semejante que facilite la publicidad o ante una concurrencia de personas a la perpetración de un delito".
Apología delictiva
Es apología, a los efectos de este Código, la exposición, ante una concurrencia de personas o por cualquier medio de difusión, de ideas o doctrinas que ensalcen el crimen o enaltezcan a su autor. La apología sólo será delictiva como forma de provocación y por su naturaleza y circunstancias constituye una incitación directa a cometer un delito.
A este respecto, fuentes del Reina Sofía dijeron a Efe que "la postura del Museo es la de respetar los distintos contenidos artísticos de los creadores, siempre que las obras no transgredan las normas y esto está recogido en la Constitución".
Añadieron, además, que "el hecho de que en algún momento haya unas imágenes que puedan contener cierta violencia, no implica que se haga apología del contenido, como así dice Amnistía Animal acogiéndose al artículo 18 del Código Penal y, desde luego, el Museo considera que no hay, en absoluto, incitación directa a la perpetración de un delito; eso, con independencia de las ideas artísticas".
Para Amnistía Animal, "no hay justificación posible, por parte de los responsables del Museo, para exhibir imágenes tan crueles".
"Si esto es arte, no puedo respetarlo"
En la entrevista a 20minutos.es, Cubillo ha manifestado que considera que los artistas pueden ejercer su libertad de creación siempre que se respete la ley. "Pero si matar a una vaca a martillazos es arte, es algo que no puedo respetar".
La presidenta de Amnistía Animal Madrid, Matilde Cubillo, explicó que durante los 53 minutos que dura esta grabación "cualquier persona que entre en el museo, sea niño o adulto, ve cómo le clavan puñales en la garganta para coger sangre en una copa, y el animal sigue con vida. Después le cortan la cabeza y la despellejan.
Las imágenes continúan con un ritual en el que se saca la sangre a la vaca, colocan a una de las personas la piel, le cortan las patas al animal y se las atan a sus pies.
Denuncia por email
En una entrevista telefónica con 20minutos.es, Cubillo ha relatado que aunque la exposición estaba abierta desde el pasado 11 de octubre, no se dieron cuenta de los hechos sino hasta el pasado lunes, por una denuncia que llegó a la organización vía coreeo electrónico.
Cubillo se presentó la tarde del lunes en el museo para comprobar el aviso, y vio efectivamente el vídeo en el que la presidenta identificó al propio artista Jordi Benito, que junto con otras dos personas mataban a martillazos a la vaca.
"La gente salía horrorizada"
"La gente salía horrorizada tras ver el vídeo", afirma Cubillo. Desde el mismo museo llamaron a agentes del Seprona de la Guardia Civil, que se personó en el Museo Reina Sofía y comprobó las imágenes que se estaban emitiendo, levantando el acta correspondiente.
Cubillo aseguró que "los responsables del Museo hablaron con la Guardia Civil y alegaron en su defensa que las imágenes fueron grabadas en los años 80, quitando importancia a lo que allí se estaba exponiendo. Sólo un pequeño cartel anunciaba que las imágenes podían herir la sensibilidad".
Instrucción de diligencias
Fuentes de la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid dijeron que "se van a instruir diligencias y se va a dar cuenta a todos los organismos competentes para que se involucren en este asunto, pues las imágenes que se han expuesto podrían ser un delito que está tipificado en el Código Penal, aunque hay que estudiarlo porque fueron grabadas en los años 80".
Según el artículo 18 del Código Penal, el hecho de difundir imágenes constituyentes de un delito es apología de ello: "La provocación existe cuando directamente se incita por medio de la imprenta, la radiodifusión o cualquier otro medio de eficacia semejante que facilite la publicidad o ante una concurrencia de personas a la perpetración de un delito".
Apología delictiva
Es apología, a los efectos de este Código, la exposición, ante una concurrencia de personas o por cualquier medio de difusión, de ideas o doctrinas que ensalcen el crimen o enaltezcan a su autor. La apología sólo será delictiva como forma de provocación y por su naturaleza y circunstancias constituye una incitación directa a cometer un delito.
A este respecto, fuentes del Reina Sofía dijeron a Efe que "la postura del Museo es la de respetar los distintos contenidos artísticos de los creadores, siempre que las obras no transgredan las normas y esto está recogido en la Constitución".
Añadieron, además, que "el hecho de que en algún momento haya unas imágenes que puedan contener cierta violencia, no implica que se haga apología del contenido, como así dice Amnistía Animal acogiéndose al artículo 18 del Código Penal y, desde luego, el Museo considera que no hay, en absoluto, incitación directa a la perpetración de un delito; eso, con independencia de las ideas artísticas".
Para Amnistía Animal, "no hay justificación posible, por parte de los responsables del Museo, para exhibir imágenes tan crueles".
"Si esto es arte, no puedo respetarlo"
En la entrevista a 20minutos.es, Cubillo ha manifestado que considera que los artistas pueden ejercer su libertad de creación siempre que se respete la ley. "Pero si matar a una vaca a martillazos es arte, es algo que no puedo respetar".
domingo, 3 de febrero de 2008
La Lidia pierde adeptos pero gana dinero (Diario El Pais)
Los antitaurinos ganan su primera batalla
Las restricciones a la entrada de menores a distintas plazas son la primera victoria - La lidia pierde adeptos, pero gana dinero
DAVID FERNÁNDEZ 02/02/20
En España mueren más de 11.000 reses bravas todos los años en el albero. Arte centenario para unos, sangría gratuita para otros. La tauromaquia genera posturas irreconciliables. En los últimos años las voces que piden su supresión se hacen oír con más fuerza que nunca. A los ecologistas se les han unido algunos partidos nacionalistas. Su activismo coincide, sin embargo, con un momento dulce para los taurinos. Tras una larga travesía por el desierto, una nueva generación de toreros ha devuelto la ilusión a los aficionados y ha atraído la atención de los medios de comunicación. El último pulso entre ambos bandos tiene su campo de batalla en la protección de la infancia. ¿Es lógico que los niños puedan asistir a un espectáculo donde la muerte está presente? ¿Hay estudios científicos que avalen su alejamiento de las plazas?
En España mueren cada año más de 11.000 reses bravas en el albero
El sur de Francia se ha convertido en un santuario para los taurinos
El Gobierno francés, a propuesta de las asociaciones protectoras de animales, ha anunciado que estudiará prohibir el acceso a los menores de 16 años a las corridas de toros. Eso sí, Nicolas Sarkozy, aficionado taurino confeso, ha querido dejar claro que este paso no supone compromiso alguno y que la tauromaquia no será eliminada sin consenso. "Nosotros le debemos el mismo respeto a las convicciones tanto de los opositores como a las de los defensores de las corridas", han señalado desde el Elíseo. La propuesta que ahora se estudia en Francia está vigente desde hace varios años en Cataluña. En esta comunidad los menores de 14 años no pueden ir a los cosos ni acompañados. Además, en el País Vasco, se aprobó el pasado mes de octubre el proyecto del nuevo reglamento taurino que dice que los menores de 16 años sólo podrán asistir a los cosos acompañados de un adulto.
El sur de Francia se ha convertido en un santuario para los taurinos. En localidades como Nimes, Bayona, Mont de Marsan, Arles, Dax, Béziers y Ceret hay devoción por la fiesta. Allí las plazas tienen fama de duras por las ganaderías seleccionadas, pero las primeras figuras torean allí cada vez con más frecuencia. Por este motivo, el anuncio del Ejecutivo francés ha sido acogido por las organizaciones contrarias a los toros como el primer paso para su prohibición. "Los padres tienen derecho a educar a sus hijos. El problema es que los menores no tienen capacidad para decidir si quieren asistir a un espectáculo donde se contempla la agonía de un animal. Esta actividad no es un síntoma de civilización sino de barbarie", argumenta Nicolas Biscaye, portavoz de la Société Protectrice des Animaux.
Los empresarios franceses se defienden. Simón Casas gestiona desde hace 27 años la plaza de Nimes. Cuando tomó las riendas de este antiguo coliseo romano sólo había una feria con cinco corridas; actualmente hay dos ferias anuales con un total de 15 festejos. "Tengo dos hijas de seis y siete años que a veces me acompañan a la plaza. Observo su comportamiento y si notase en ellas el más mínimo rechazo no necesitaría una ley para que dejaran de acudir inmediatamente a los toros. Se lo prohibiría yo", razona.
Como suele ocurrir en todo debate, las dos partes esgrimen estudios y opiniones de expertos. Hasta la fecha, uno de los análisis más minuciosos fue encargado en 1999 por el entonces defensor del menor de la Comunidad de Madrid, Javier Urra, a diferentes profesores universitarios y psiquiatras. Las conclusiones finales corrieron a cargo de Enrique Echeburúa, catedrático de la Universidad del País Vasco. "Con los datos actualmente disponibles, no se puede considerar como peligrosa la contemplación de espectáculos taurinos por menores de 14 años. (...) No hay bases suficientes para sustentar científicamente una medida como la prohibición de su entrada en las plazas", asegura este experto. Sin embargo, Echeburúa matiza que deben ir acompañados de un adulto y que no se debe llevar nunca a la plaza a niños con una patología clínica específica (depresión, trastornos de ansiedad).
Las organizaciones contrarias a la fiesta de los toros opinan que prohibir la entrada de menores será insuficiente si no está acompañada de otras medidas como la erradicación de las corridas televisadas en horario infantil. "¿Cómo va a ser bueno para un niño asistir a un evento que supone el máximo ejemplo del maltrato animal, donde además la gente disfruta con ese daño y pide más sangre?", se pregunta Theo Oberhuber, de Ecologistas en Acción.
Los taurinos, por su parte, aseguran que en el ruedo los niños pueden aprender valores positivos. "Yo soy padre y me preocupa mucho más que mis hijos vayan a un campo de fútbol donde hay todos los días muestras de violencia masiva", argumenta Luis Francisco Esplá, matador de toros. "En la plaza, en cambio, no se necesita protección ni se separa a los partidarios de un torero de los del otro. Además, interviene el orden, el rito, lo que inicia a los niños en una serie de pautas y valores que ya no existen en la sociedad", añade Esplá.
Parece evidente que lo que subyace tras el debate sobre la infancia y los toros es una discusión sobre el sentido de la fiesta en el siglo XXI. Los grupos contrarios a las corridas creen que en la sociedad ya no tienen cabida. En octubre de 2006, una encuesta de la empresa Investiga (antes Gallup) concluyó que el 72,1% de la población española afirmaba no tener ningún interés por los espectáculos taurinos y sólo el 26,7% decía sentirse interesada. Estos datos indican una caída del interés por los toros, ya que en 1999 los aficionados alcanzaban el 38% de la población.
Joan Herrera, portavoz de Iniciativa per Catalunya-Verds en el Congreso durante la última legislatura, considera que la tauromaquia debe sufrir una "profunda reforma" para adaptarse a una sociedad con mayor sensibilidad a los temas de maltrato. "Matar a un animal nunca debe ser objeto de un espectáculo público. Las corridas constituyen una tradición desfasada en la que hay elementos sádicos", opina.
En los últimos años, el movimiento contrario a los toros ha trascendido el ámbito de los ecologistas y de los defensores de los animales, dando el salto a la política. Así, el Ayuntamiento de Barcelona, en una decisión sin precedentes, declaró en 2004 la capital contraria a las corridas y a favor de los derechos de los animales. Aunque la medida no es vinculante -las competencias son autonómicas-, es bastante sintomática de la fuerza que están adquiriendo las posturas contrarias a los toros.
Pero también se ha creado una Plataforma en Defensa de la Fiesta en la que además de gentes del gremio y aficionados hay intelectuales como Mario Vargas Llosa y Albert Boadella. La llegada de una nueva generación de toreros -los franceses Sebastián Castella y Juan Bautista, o los españoles Cayetano Rivera Ordóñez y Alejandro Talavante-, y el regreso de José Tomás, escenificado precisamente en la plaza de Barcelona, quizá explica por qué, en contra de la encuesta que habla de declive, el número de festejos taurinos (incluyendo novilladas y rejones) en 2006 fue de 1.989, un 2,15% más que el año anterior. Asimismo, el número de espectáculos taurinos televisados en 2006 subió un 16,5%, según las cifras del Ministerio del Interior. "No hay pretensión de proteger a la infancia. Lo que se busca es cortar la transmisión de la afición de una generación. Entre los 7 y los 14 años se conforman los hábitos de ocio y las costumbres culturales", asegura Luis Corrales, presidente de la Plataforma en Defensa de la Fiesta, sobre la prohibición del acceso de menores a la plaza. Además, asegura que las reformas que se proponen para la fiesta, como la de no matar al toro en la plaza, no tienen fundamento: "Está comprobado que el toro sufriría mucho más si se le mata a posteriori, en frío".
Una hipotética abolición de las corridas de toros tendría consecuencias económicas. El sector factura cerca de 1.500 millones de euros al año y da trabajo directo e indirecto a 200.000 personas. Además, un millar de ganaderías especializadas en la cría de reses bravas ocupan una extensión de 400.000 hectáreas en España, y los taurinos consideran que la supresión de las corridas supondría el fin de un "paraíso ecológico" que quedaría al albur de la especulación.
"El tópico de que la prohibición de los toros destruiría muchos empleos es falso", señala Joan Herrera. Este parlamentario considera que hay que abordar la reconversión del sector. "Sólo basta preguntar a los agricultores en Andalucía lo poco productivo que es dedicar tantas hectáreas de terreno a la cría de toros", concluye.
Las posturas de unos y otros parecen irreconciliables y el debate llega a extremos como el que sufrió Javier Urra cuando, como defensor del menor de la Comunidad de Madrid, encargó el estudio acerca del impacto de la tauromaquia en los menores. "Me llegaron a insultar por la calle e incluso se negaron a servirme un café en determinados bares", recuerda.
Las restricciones a la entrada de menores a distintas plazas son la primera victoria - La lidia pierde adeptos, pero gana dinero
DAVID FERNÁNDEZ 02/02/20
En España mueren más de 11.000 reses bravas todos los años en el albero. Arte centenario para unos, sangría gratuita para otros. La tauromaquia genera posturas irreconciliables. En los últimos años las voces que piden su supresión se hacen oír con más fuerza que nunca. A los ecologistas se les han unido algunos partidos nacionalistas. Su activismo coincide, sin embargo, con un momento dulce para los taurinos. Tras una larga travesía por el desierto, una nueva generación de toreros ha devuelto la ilusión a los aficionados y ha atraído la atención de los medios de comunicación. El último pulso entre ambos bandos tiene su campo de batalla en la protección de la infancia. ¿Es lógico que los niños puedan asistir a un espectáculo donde la muerte está presente? ¿Hay estudios científicos que avalen su alejamiento de las plazas?
En España mueren cada año más de 11.000 reses bravas en el albero
El sur de Francia se ha convertido en un santuario para los taurinos
El Gobierno francés, a propuesta de las asociaciones protectoras de animales, ha anunciado que estudiará prohibir el acceso a los menores de 16 años a las corridas de toros. Eso sí, Nicolas Sarkozy, aficionado taurino confeso, ha querido dejar claro que este paso no supone compromiso alguno y que la tauromaquia no será eliminada sin consenso. "Nosotros le debemos el mismo respeto a las convicciones tanto de los opositores como a las de los defensores de las corridas", han señalado desde el Elíseo. La propuesta que ahora se estudia en Francia está vigente desde hace varios años en Cataluña. En esta comunidad los menores de 14 años no pueden ir a los cosos ni acompañados. Además, en el País Vasco, se aprobó el pasado mes de octubre el proyecto del nuevo reglamento taurino que dice que los menores de 16 años sólo podrán asistir a los cosos acompañados de un adulto.
El sur de Francia se ha convertido en un santuario para los taurinos. En localidades como Nimes, Bayona, Mont de Marsan, Arles, Dax, Béziers y Ceret hay devoción por la fiesta. Allí las plazas tienen fama de duras por las ganaderías seleccionadas, pero las primeras figuras torean allí cada vez con más frecuencia. Por este motivo, el anuncio del Ejecutivo francés ha sido acogido por las organizaciones contrarias a los toros como el primer paso para su prohibición. "Los padres tienen derecho a educar a sus hijos. El problema es que los menores no tienen capacidad para decidir si quieren asistir a un espectáculo donde se contempla la agonía de un animal. Esta actividad no es un síntoma de civilización sino de barbarie", argumenta Nicolas Biscaye, portavoz de la Société Protectrice des Animaux.
Los empresarios franceses se defienden. Simón Casas gestiona desde hace 27 años la plaza de Nimes. Cuando tomó las riendas de este antiguo coliseo romano sólo había una feria con cinco corridas; actualmente hay dos ferias anuales con un total de 15 festejos. "Tengo dos hijas de seis y siete años que a veces me acompañan a la plaza. Observo su comportamiento y si notase en ellas el más mínimo rechazo no necesitaría una ley para que dejaran de acudir inmediatamente a los toros. Se lo prohibiría yo", razona.
Como suele ocurrir en todo debate, las dos partes esgrimen estudios y opiniones de expertos. Hasta la fecha, uno de los análisis más minuciosos fue encargado en 1999 por el entonces defensor del menor de la Comunidad de Madrid, Javier Urra, a diferentes profesores universitarios y psiquiatras. Las conclusiones finales corrieron a cargo de Enrique Echeburúa, catedrático de la Universidad del País Vasco. "Con los datos actualmente disponibles, no se puede considerar como peligrosa la contemplación de espectáculos taurinos por menores de 14 años. (...) No hay bases suficientes para sustentar científicamente una medida como la prohibición de su entrada en las plazas", asegura este experto. Sin embargo, Echeburúa matiza que deben ir acompañados de un adulto y que no se debe llevar nunca a la plaza a niños con una patología clínica específica (depresión, trastornos de ansiedad).
Las organizaciones contrarias a la fiesta de los toros opinan que prohibir la entrada de menores será insuficiente si no está acompañada de otras medidas como la erradicación de las corridas televisadas en horario infantil. "¿Cómo va a ser bueno para un niño asistir a un evento que supone el máximo ejemplo del maltrato animal, donde además la gente disfruta con ese daño y pide más sangre?", se pregunta Theo Oberhuber, de Ecologistas en Acción.
Los taurinos, por su parte, aseguran que en el ruedo los niños pueden aprender valores positivos. "Yo soy padre y me preocupa mucho más que mis hijos vayan a un campo de fútbol donde hay todos los días muestras de violencia masiva", argumenta Luis Francisco Esplá, matador de toros. "En la plaza, en cambio, no se necesita protección ni se separa a los partidarios de un torero de los del otro. Además, interviene el orden, el rito, lo que inicia a los niños en una serie de pautas y valores que ya no existen en la sociedad", añade Esplá.
Parece evidente que lo que subyace tras el debate sobre la infancia y los toros es una discusión sobre el sentido de la fiesta en el siglo XXI. Los grupos contrarios a las corridas creen que en la sociedad ya no tienen cabida. En octubre de 2006, una encuesta de la empresa Investiga (antes Gallup) concluyó que el 72,1% de la población española afirmaba no tener ningún interés por los espectáculos taurinos y sólo el 26,7% decía sentirse interesada. Estos datos indican una caída del interés por los toros, ya que en 1999 los aficionados alcanzaban el 38% de la población.
Joan Herrera, portavoz de Iniciativa per Catalunya-Verds en el Congreso durante la última legislatura, considera que la tauromaquia debe sufrir una "profunda reforma" para adaptarse a una sociedad con mayor sensibilidad a los temas de maltrato. "Matar a un animal nunca debe ser objeto de un espectáculo público. Las corridas constituyen una tradición desfasada en la que hay elementos sádicos", opina.
En los últimos años, el movimiento contrario a los toros ha trascendido el ámbito de los ecologistas y de los defensores de los animales, dando el salto a la política. Así, el Ayuntamiento de Barcelona, en una decisión sin precedentes, declaró en 2004 la capital contraria a las corridas y a favor de los derechos de los animales. Aunque la medida no es vinculante -las competencias son autonómicas-, es bastante sintomática de la fuerza que están adquiriendo las posturas contrarias a los toros.
Pero también se ha creado una Plataforma en Defensa de la Fiesta en la que además de gentes del gremio y aficionados hay intelectuales como Mario Vargas Llosa y Albert Boadella. La llegada de una nueva generación de toreros -los franceses Sebastián Castella y Juan Bautista, o los españoles Cayetano Rivera Ordóñez y Alejandro Talavante-, y el regreso de José Tomás, escenificado precisamente en la plaza de Barcelona, quizá explica por qué, en contra de la encuesta que habla de declive, el número de festejos taurinos (incluyendo novilladas y rejones) en 2006 fue de 1.989, un 2,15% más que el año anterior. Asimismo, el número de espectáculos taurinos televisados en 2006 subió un 16,5%, según las cifras del Ministerio del Interior. "No hay pretensión de proteger a la infancia. Lo que se busca es cortar la transmisión de la afición de una generación. Entre los 7 y los 14 años se conforman los hábitos de ocio y las costumbres culturales", asegura Luis Corrales, presidente de la Plataforma en Defensa de la Fiesta, sobre la prohibición del acceso de menores a la plaza. Además, asegura que las reformas que se proponen para la fiesta, como la de no matar al toro en la plaza, no tienen fundamento: "Está comprobado que el toro sufriría mucho más si se le mata a posteriori, en frío".
Una hipotética abolición de las corridas de toros tendría consecuencias económicas. El sector factura cerca de 1.500 millones de euros al año y da trabajo directo e indirecto a 200.000 personas. Además, un millar de ganaderías especializadas en la cría de reses bravas ocupan una extensión de 400.000 hectáreas en España, y los taurinos consideran que la supresión de las corridas supondría el fin de un "paraíso ecológico" que quedaría al albur de la especulación.
"El tópico de que la prohibición de los toros destruiría muchos empleos es falso", señala Joan Herrera. Este parlamentario considera que hay que abordar la reconversión del sector. "Sólo basta preguntar a los agricultores en Andalucía lo poco productivo que es dedicar tantas hectáreas de terreno a la cría de toros", concluye.
Las posturas de unos y otros parecen irreconciliables y el debate llega a extremos como el que sufrió Javier Urra cuando, como defensor del menor de la Comunidad de Madrid, encargó el estudio acerca del impacto de la tauromaquia en los menores. "Me llegaron a insultar por la calle e incluso se negaron a servirme un café en determinados bares", recuerda.
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