
Porque te nos has muerto de frío esta noche aunque posiblemente también de asco, hoy estás aqui, como un pequeño homenaje de los pocos que te hemos querido. Sentimos todo, Galatea, no haberte podido abrigar más, que un abrigo es poco para un galgo cuando de noche hace hielo pero, en el fondo, lo que más sentimos es que el desgraciado de tu dueño viva feliz en la tierra. No te preocupes que en el cielo, nunca te lo encontrarás, que para esos está el infierno.