martes, 22 de abril de 2008

Toros y cáncer

Toros y cáncer

Francisco Sánchez Criado

Quiero aprovechar la celebración, el pasado domingo, de un “festival” taurino a beneficio de la Asociación Española Contra el Cáncer, para hacer llegar a los responsables de la Asociación, y a la sociedad almeriense en general, algunas reflexiones sobre este tipo de actos.Es amplio el abanico de posibilidades que podemos encontrar a la hora de organizar actos y eventos de carácter benéfico: Gastronómicos, musicales, deportivos, artísticos, etc. Por esa razón, me cuesta comprender por qué la AECC sigue organizando, cuando puede elegir entre otras muchas, un tipo de actividad a la que no podemos acudir, a pesar de nuestra solidaridad con la causa, una parte importante de ciudadanos. Me refiero a las personas que estamos en contra de la “fiesta” de los toros. En mi caso, que he perdido personas muy queridas como consecuencia de esta enfermedad, lo que aumenta mi sensibilidad con la causa, me encuentro con el inconveniente de que, para materializar ese apoyo y ese cariño hacia los afectados, tengo que acudir a un espectáculo bárbaro e incivilizado que es totalmente contrario a mis principios y valores. Y, finalmente, siempre opto por no ir. Por otro lado, me parece muy poco afortunado que una ONG que trata de transmitir a sus asociados sentimientos de ánimo, de esperanza, de aliento; y que se identifica con la lucha por la vida, lo haga precisamente organizando espectáculos de dolor, de tortura, de maltrato… En definitiva, organizando espectáculos de muerte. Creo que es una enorme contradicción, pero también creo que no es exclusiva de la Asociación Española contra el Cáncer. Es una incoherencia que se da en toda la sociedad y que alcanza, en determinados casos, tintes de una hipocresía y de una doble moral alarmantes. Por poner un ejemplo, la tortura y muerte de 15 perros en Reus el año 2001 supuso un mazazo para las conciencias de los españoles en general y de políticos y grupos parlamentarios en particular. Tal fue el impacto y el eco de aquel suceso, que forzó incluso la reforma de una de las leyes más importantes de nuestro ordenamiento jurídico, el Código Penal, para modificar su articulado y tipificar como delito el maltrato de animales domésticos y como falta el abandono de los mismos. En efecto, la Ley Orgánica 15/2003, de 25 de noviembre, dio al artículo 337 del Código Penal la siguiente redacción: “Los que maltrataren con ensañamiento e injustificadamente a animales domésticos causándoles la muerte o provocándoles lesiones que produzcan un grave menoscabo físico, serán castigados con la pena de prisión de tres meses a un año e inhabilitación especial de uno a tres años para el ejercicio de profesión, oficio o comercio que tenga relación con los animales”. Ante esto, cabe hacerse varias preguntas. En primer lugar, ¿por qué no se les puede aplicar el Código Penal a los que organizan corridas de toros? Supongo que el matiz es que no son animales domésticos. Y la siguiente pregunta sería, ¿por qué si el animal es domestico su maltrato y muerte nos repugna y revuelve las conciencias, y si el animal no es doméstico, sino que es un vulgar torito, disfrutamos y hacemos una “fiesta” con su maltrato, tortura y muerte? Argumentar que es una tradición milenaria y que forma parte de nuestra cultura podría ser también, para algunos, un argumento perfectamente válido para justificar el maltrato de mujeres, niños o ancianos. De hecho, no es difícil vislumbrar algunas analogías y semejanzas entre el “arte viril” de someter y humillar al bravo animal, en un equilibrio de fuerzas desigual y cobarde, y la “tradición ancestral”, arraigada en la “cultura machista”, de maltratar a determinadas personas y colectivos especialmente desvalidos y vulnerables.En cualquier caso, para una sociedad que aspira a ser un referente de modernidad, de desarrollo científico y tecnológico, de creación de nuevos derechos, de igualdad, de solidaridad, de sensibilidad social y de sostenibilidad, la existencia de la “fiesta nacional” no deja de ser un anacronismo decadente impropio de nuestro tiempo.
http://www.teleprensa.net/almeria-noticia-126455-Toros-y-c26aacute3Bncer.html

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